La preservación de nuestro patrimonio es esencial para conservar el legado cultural, histórico y artístico de una sociedad. La restauración de bienes culturales permite mantenerlos en buen estado a pesar del deterioro por el paso del tiempo. Desde Obras Gallaecia, expertos en este campo, te explicamos en qué consiste el trabajo de los restauradores y su contribución para mantener íntegro nuestro tesoro cultural.
¿Qué es la conservación y restauración del patrimonio cultural?
Estas dos disciplinas, dedicadas a preservar los bienes culturales de una sociedad, aunque están estrechamente relacionadas, no son lo mismo. Ambas comparten el objetivo de garantizar que estos elementos se mantengan íntegros y conserven su significado original. Sin embargo, es importante comprender en qué consiste cada una para hablar con propiedad sobre ellas.
Conservación del patrimonio cultural
La conservación del patrimonio cultural se refiere a un conjunto de acciones y medidas preventivas para proteger y mantener los bienes culturales. El objetivo es evitar su deterioro para prolongar su vida útil. Esta disciplina incluye labores como la limpieza superficial, el control de los factores medioambientales, la implementación de estrategias que minimicen los riesgos causados por los agentes meteorológicos o humanos.
Restauración del patrimonio cultural
En cambio, este proceso consiste en la intervención directa en los bienes culturales que han sufrido algún tipo de deterioro. Su principal propósito es reparar los daños o corregir las posibles alteraciones que afectan a la estabilidad o el valor de un objeto. A diferencia de la conservación, que es una medida preventiva, aquí se tratan los materiales o incluyen las partes como símbolo de respeto a la historia y la identidad.
¿Por qué es importante la restauración del patrimonio cultural?
Cualquier proyecto de restauración arquitectónica va más allá que reparar los daños visibles. Por eso, nos debemos preguntar hasta qué punto, hoy en día, podemos trabajar con métodos de construcción y materiales similares a los originales. Sabemos, por nuestra experiencia en este campo, que recomponer una estructura o una pieza no siempre es fácil porque se deben tener en cuenta los factores que ponen en alza el valor de la obra.
- Preservación de la identidad histórica. Nuestro patrimonio es el reflejo de nuestras tradiciones e historia, por lo que esta acción permite que estos símbolos permanezcan vivos.
- Conservar el valor cultural. Las tradiciones, costumbres y expresiones artísticas se transmiten a través de generaciones. Gracias a la restauración, estos bienes no solo nos enriquecen, sino que nos permiten comprender nuestro pasado.
- Herramienta educativa. Esta técnica también es una herramienta educativa que permite a las nuevas generaciones aprender de manera práctica. Hoy en día, el patrimonio se emplea como recurso pedagógico en las aulas.
- Respeto al medioambiente. La restauración tiene un impacto positivo en el medioambiente. Al restaurar los edificios, evitamos la necesidad de construir nuevas estructuras, lo que a su vez reduce la emisión de gases de efecto invernadero.
- Contribución al turismo y la economía. El patrimonio cultural promueve el turismo, por lo que fomenta la economía local. Además de los ingresos directos que se generan durante las visitas guiadas, también están los indirectos, como el crecimiento del comercio local.
- Creación de empleo. La restauración del patrimonio cultural genera empleo no solo en este sector de la restauración y conservación, sino también en el turismo, la artesanía y la cultura.
- Fomenta la investigación e innovación. La restauración está estrechamente relacionada con la investigación e innovación porque promueve nuevos métodos de trabajo, además de combinar técnicas tradicionales con avances tecnológicos.
¿Cómo se realiza una restauración de patrimonio cultural?
La restauración del patrimonio cultural requiere de un profundo conocimiento histórico, artístico y técnico. Este proceso complejo se divide en varias fases que tienen el objetivo de lograr que los bienes se mantengan en su estado original.
Investigación y documentación
El primer paso consiste en realizar un análisis del edificio, teniendo en cuenta su contexto histórico, arquitectónico y cultural. Esta evaluación sirve para comprender su evolución, función original e importancia en la historia local.
Se lleva a cabo una recopilación detallada de todas las fotografías, planos, dibujos y documentos disponibles que proporcionen información sobre el estado actual de la construcción.
Diagnóstico inicial
A continuación, los restauradores identificarán los daños presentes en la estructura, como fisuras, desprendimientos o cualquier otro problema que pueda afectar a su integridad. Este diagnóstico es esencial para evaluar la estabilidad del edificio, los riesgos potenciales y determinar la forma más adecuada de intervenir. Hay que documentar de manera detallada cada hallazgo para garantizar la máxima transparencia durante todo el proceso de intervención.
Planificación y diseño
A raíz de esta evaluación y según los resultados de este diagnóstico, hay que diseñar un plan de actuación. Debe quedar claro cuáles son las técnicas y los materiales que se van a emplear durante este proceso, además de establecer las prioridades. Este plan debe ser lo menos invasivo posible y ha de respetar la autenticidad del bien.
Intervención y tratamiento
En esta etapa, hay que eliminar la suciedad con técnicas no invasivas para evitar dañar los materiales constructivos. En muchas ocasiones, la estructura se encuentra dañada, por lo que habrá que aplicar tratamientos con productos especializados para impedir la descomposición.
Finalización y conservación preventiva
Por último, se elabora un informe técnico con todas las intervenciones realizadas, además de añadir una documentación fotográfica y gráfica. Es importante que se lleve a cabo una conservación preventiva para garantizar la protección del bien a largo plazo. Algunas de estas acciones incluyen la vigilancia periódica, el mantenimiento y el control ante los factores ambientales.
La restauración de bienes culturales evita la pérdida de elementos irremplazables, siempre respetando su autenticidad y su historia. Nuestro equipo está especializado en estas actuaciones; de hecho, nos hemos encargado de restaurar edificios emblemáticos con excelentes resultados. Si necesitas realizar alguna intervención, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para solicitar más información.