Las tabiquerías de la planta alta son de tablón y barrotillo, apoyadas sobre un entramado de tabla de pino. El estado de estas tabiquerías permite ya su restauración.

La tarima del pavimento, está en estado de deterioro alto, con zonas de putrefacción avanzada, y con zonas de huecos que revelan un estado que imposibilita su recuperación. La necesidad de demoler el pavimento y las viguetas, obliga a la demolición de las tabiquerías.

Se plantea el desmontado del falso techo inicial, ejecutado con tablas de madera de roble barnizada, para devolverle el aspecto original que tenía,  mientras vivió  Rafael Dieste.

La escalera se encuentra en un estado que permite su desmontado, tratado y restauración. Los pasos están muy deteriorados, con estado de putrefacción en alguno de ellos.

De las puertas de toda la vivienda solo se conservan las de planta baja.

Se contempla también la necesidad de la demolición del forjado, y se hace necesario desmontar las piezas de la cocina, fregadero… para su posterior colocación.